CANGAS DE ONÍS, DONDE NACÍ



Asturiana y canguesa,
asentada en el entronque
de los ríos Sella y Güeña,
esta villa se encuentra.

Aquí me explayo.
Del Reino de Asturias fue capital,
batalla conquistada  la de Covadonga
por su primer monarca, el rey Don Pelayo,
fundando así, el primer reino cristiano.

Iglesias Románicas en
este concejo se alzan,
San Martín de Grazanes,
San Pedro de Con,
San Eulalia de Corao,
San Pedro de Villanueva,
y Santa María de Villaverde.

En su vientre un dolmen
cobija la Capilla de Santa Cruz,
mientras, la Iglesia Nuestra Señora
de La Asunción, adorna
con su vistoso campanario
de tres pisos escalonado.

De arco peraltado
y arcos desiguales
menores a sus lados,
luce el ilustre Puente Romano
por donde cabalgan
las cristalinas aguas
del tan electo río Sella.

Flora y fauna destacan
en los ríos siendo de celebración,
la subasta del “Campanu”,
el más preciado salmón.

De fachada de colores
su nombre, el Palacio Pintu,
de estilo renacentista,
la casona Palacio de Cortés,
de pórtico toscano y nave cuadrada,
la neoclásica Capilla de San Antonio,
hoy aula del Reino de La Monarquía,
la primitiva Iglesia de la Asunción
en Cangas de arriba.

Lugar indiscutible de peregrinación
la Basílica de Santa María
la Real de Covadonga,
belleza esculpida en piedra
donde a pocos metros
se asienta la Santa Cueva
donde se venera
a la Santina de mismo
nombre que la iglesia.
A sus pies, hundidos brillan
los deseos en una pequeña piscina
la cual es inundada por el gran
chorro que emana
en lo alto de la cueva.

La fuente de los siete caños,
la Campanona,
la estatua del Rey Pelayo,
en el mismo lugar se topan.
Resultado de imagen de cangas de onis 
En un desvío algo pronunciado
y antes de llegar a la Basílica,
nace el camino hacia el engalanado
Parque Nacional de los Picos de Europa
con sus preciosas sierras
y praderías de gran belleza
donde gloriosos se hayan
los glaciares lagos
sin dejar de nombrar
las Minas de Buferrera.

En medio de este paisaje natural,
el Mirador de la Reina
da vista a los valles
y mar cantábrico,
mientras, el mirador de Ordiales,
avista un manto verde revestido
de flora y piedra.
Fiesta nombrada como
la de San Antonio,
hacen que luzcan las calles
de engalanados trajes,
panderetas, tambores,
y gaitas de la reconocida banda.

No olvido la Olla de San Vicente,
los domingos de mercau en
la plaza de la iglesia,
el cine Colón,
el parque de Cangas,
la Cueva del Buxu,
la salmonera…

Relevante recordar, que por esta
hermosa villa y hacia Los Lagos
de Covadonga, ha transitado
y transita, la Vuelta Ciclista a España.

En las aguas del río Sella me he bañado,
la virgen de Covadonga he visitado,
por las montañas he caminado,
a los Lagos he asomado,
y los monumentos me han asombrado
al igual que el Puente Romano,
de Cangas de Onís yo me he enamorado.

Mínima Urbium, Máxima Sedium”,
la menor de las ciudades,
la mayor de las capitales.
El lema de su escudo, de una ciudad.



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